FERNANDO PARRADO!
«Entre las historias más inspiradoras que muestran la grandeza oculta en el interior de cada ser humano destaca la protagonizada por el jugador de rugby uruguayo Fernando Parrado. El 13 de octubre de 1972, con tan sólo 22 años, sobrevivió al accidente del vuelo 571 de la Fuerza Área Uruguaya que se estrelló en la cordillera de los Andes. De los 45 pasajeros, 12 murieron en la colisión y otros seis fallecieron a lo largo de la primera semana.
Entre las víctimas se encontraban la madre y la hermana de Parrado. Los 27 supervivientes tuvieron que hacer frente a temperaturas de 35 grados bajo cero, guareciéndose en los restos del avión, que quedó partido por la mitad. Debido a la falta de comida no les quedó más remedio que alimentarse de la carne de sus compañeros fallecidos. Y ni siquiera esta terrible decisión les garantizaba su supervivencia: a través de un transmisor escucharon que habían abandonado la búsqueda. Y tan sólo 16 días después del accidente, otras ocho personas murieron como consecuencia de un alud, que enterró literalmente el avión debajo de la nieve.
A los 62 días todavía quedaban 16 personas con vida. La mayoría estaban desnutridos, decaídos y sin esperanza. En medio de aquel clima de agonía y desesperación, Parrado decidió que no iba a morir sentado. Estaba dispuesto a salir de aquel lugar por su propio pie. Junto con Roberto Canessa anduvo durante 10 días más de 70 kilómetros, atravesando picos helados de 6.000 metros de altura. Exhaustos y sin nada que comer, finalmente encontraron a un campesino chileno, que tuvo que cabalgar ocho horas para avisar a las autoridades más cercanas. Al día siguiente fueron en helicóptero a rescatar al resto de sus compañeros.
A día de hoy, Parrado es uno de los conferenciantes más demandados a nivel internacional. Y su libro Milagro en los Andes se ha convertido en un best seller. «Cuando escuché en la radio que no nos iban a rescatar decidí que yo no iba a quedarme allí, que si había que morir, moriría en el camino», explica Parrado. «Aquella experiencia me hizo tocar fondo. Perdí a mi madre, a mi hermana y a mis amigos. Pero también me enseñó una lección que nunca olvidaré: cualquier ser humano es capaz de soportar y superar su destino, sea el que sea. Nunca más en mi vida he vuelto a tener problemas. Desde entonces acepto la vida tal como me viene».
EN LA VIDA DEBEMOS ENFRENTARNOS A SITUACIONES QUE NOS HACEN VER EL HÉROE QUE HAY EN NOSOTROS Y TODOS LO TENEMOS ….
ANA SALAMANCA