Perdón

Aunque no nos cuesta nada, 
el perdón es un don de mucho valor.

Hay personas  con la mente atrapada en el pasado.  Sus actuaciones están regidas en gran manera por situaciones que marcaron su vida y que no han podido superar.  Otras están tan sumergidas en los problemas actuales, que están continuamente a la defensiva y desgastan sus fuerzas sin posibilidad de proyectarse más allá de un presente enfermizo.
El mundo actual parece estancado en el pasado e inmerso en los problemas del presente, sin capacidad de proyectarse hacia delante.  Cada vez más se nos impone manejar con sabiduría los problemas del presente y mantener fija la mirada y el rumbo hacia el futuro.
Alcanzamos aquello que enfoca nuestra mente, aquello a lo que damos  nuestra atención.  Hacia ese objetivo, dirigiremos nuestras fuerzas y energía. Si nuestra mente no está enfocada en el futuro, nunca llegaremos a él.  Es por esta razón que no debemos permitir que nuestra mente se enfoque en el pasado o en el presente.  Si no perdonamos, nuestra mente y todos nuestros esfuerzos estarán apuntando al pasado, estarán aprisionados, sin ninguna utilidad para construir nuestro porvenir.

Para que este proceso sea posible, es necesario tomar en cuenta la secuencia emocional por la que solemos pasar los seres humanos cuando hemos sido afectados emocionalmente:

a. La negación.  No somos capaces de admitir que hemos sido heridos porque somos frágiles.

b. El enojo.  Nos sentimos agredidos y acusamos con rabia al ofensor.

c. El regateo.  Condicionamos nuestro perdón a que el agresor nos ofrezca una satisfacción.

d. La depresión.  Nos juzgamos duramente por nuestra reacción, por dejarnos afectar.

e. La aceptación.  Estamos abiertos de corazón para descubrir que somos capaces de liberarnos comprendiendo lo ocurrido, entendiendo y perdonando al agresor.

f. Decirle Sí a la vida con el perdón, es indagar profundamente en nuestro interior, para traer a nuestra conciencia los recuerdos dolorosos con el fin de procesarlos adecuadamente y así curar todas esas heridas emocionales que obstaculizan nuestro crecimiento.

g. Reconozcamos nuestra imperfección, aceptemos perdonar y perdonarnos para así mismo recibirlo de aquellos a quienes hemos herido y ofendido, para poder experimentar verdadera libertad y plenitud en nuestras vidas.

BENEFICIOS

La práctica del perdón nos aporta muchísimas ventajas, entre otras:

  • Caminaremos hacia el futuro con todas nuestras fuerzas y energía.  El perdón nos hace libres del pasado y del presente, para fijarnos en el futuro.
  • Disfrutaremos de una mejor salud espiritual y emocional.  Al no perdonar y volvernos obsesivos con el pasado y el presente, nos enferma.  Cuán equivocadas pueden ser nuestras decisiones y nuestro actuar cuando están motivados por cosas del pasado no resueltas o por las pequeñeces del presente que nos agobian.  No sólo podemos hacer daño a otras personas, sino a nosotros mismos.  La salud también está relacionada con el perdón.
  • Tendremos una vida productiva y feliz.  Podremos relacionarnos correctamente con los demás y con nosotros mismos.  Diversas investigaciones y proyecciones, demuestran que aproximadamente el 87% del éxito de las personas, depende de su capacidad para relacionarse con los demás y que el 13% restante es el conocimiento técnico.  La relación sana con los demás es parte de nuestro desempeño actual y futuro.

INGREDIENTES

Las personas que practican el perdón y que han logrado enfocarse hacia el futuro, manifiestan comportamientos como:

  • Son capaces de librarse de la culpa que permanece como resultado de sus errores del pasado y que los afectan actualmente.  Para obtener verdadera libertad en  nuestras vidas, debemos ser capaces de perdonarnos a nosotros mismos y perdonar a quienes nos han herido.
  • Están libres de sentimientos de odio y de rencor.  Y ésta es la medida perfecta y completa del perdón.

 PASOS A SEGUIR

El verdadero perdón implica un proceso que debe llevar a la restauración.

  • Traer a la mente los recuerdos que nos atan al pasado para hacer una descarga emocional.
  • Racionalizar los motivos que tiene para perdonarse o para perdonar a otros.
  • Tomar la decisión de hacerlo,  ya que es un acto de su voluntad.

Recuerde que la Aplicación correcta de los principios, los convierte en hábitos; a su vez, los hábitos correctos le añaden valor a su carácter. Todo lo que eleva el sentido moral, tiende a ser protegido, preservado y empleado para bien.

Reflexione  y responda:

¿Es fácil para usted perdonar a quien le ha hecho daño?

¿Puede perdonarse a usted mismo por los errores que ha cometido a través de su vida?

¿Dónde se mantiene enfocada su mente: en el presente, en el pasado, en el futuro?

 

Auto-evaluación:

Vuelva a leer el principio ¿Qué tan bien aplica usted este principio en su vida?

Evalúese de 1 a 10 en moderación: (1) – (2) – (3) – (4) – (5) – (6) – (7) – (8) – (9) – (10)

¿Por qué se dio esta calificación? __________________________________________________________________

¿Qué beneficios obtendría al subir su calificación?  __________________________________________________________________

¿Qué acción específica puede poner en práctica para probar los beneficios de este Principio? __________________________________________________________________

Chequeo de la lectura diaria del principio:

L : (  )  M: (  ) M: (  ) J : (  )  V: (  )  S: (  )  D: (  )
Ponga un √  cuando lea y una X cuando no lo haga

Lo único que puede reemplazar la dependencia del pasado, 
es la dependencia del futuro

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *